Ensaios sobre acontecimentos sociopolíticos, culturais e institucionais do Brasil e do Mundo
Argentina e o Carnaval do Poder
Alícia Killner – APA – Associação Psicanalítica da Argentina (APA)
Desde suas mais remotas origens, suponho que seja uma celebração dos ciclos da agricultura que marcaram a existência de culturas primitivas, até suas ressignificações medievais e pós-renascentistas, o Carnaval – “carne vale” – evoluiu do bacanal para a tragédia e, a partir daí, para a encenação de uma festa de certa forma universal. Bem-vindo ao fim do inverno, especialmente se for “o inverno de nosso descontentamento”.
Toda festa é um excesso permitido, definiu Freud, mas o Carnaval em sua vertente medieval foi marcado pelo riso e pela zombaria. O riso, esse gesto tão eminentemente humano, que nos permite dizer o que escapa de um sentido para outro.
O Carnaval liberta o escravo para brincar de ser o senhor por um dia, mas ao mesmo tempo serve para rir de sua torpeza, de sua ignorância e de seu caráter intrinsecamente ridículo, assim como o senhor, o que não sabe, diz Hegel.
Na Argentina, as influências culturais (e políticas) fizeram de nossos carnavais uma história antiga. A ditadura de 1976 ditou sua sentença final proibindo-o diretamente. No entanto, há alguns anos, talvez 20, para dar um número, surgiram nas províncias algumas réplicas do carnaval do Rio de Janeiro, com desfiles e carros alegóricos muito mais modestos e com muito menos pompa.
Assim como em Montevidéu, os carnavais, com suas murgas, candomblés e palcos, têm aquele viés tão marcado de crítica social e política como as letras das músicas que são levadas ao palco, uma mistura de África e Cádiz, que não vejo na Argentina. As influências africanas foram invisibilizadas por aqui, dizem pelo menos, e o carnaval renasce de suas cinzas lentamente e sem o espírito de nossos vizinhos do continente.
Este ano, um fenômeno novo nos convoca, o carnaval não está na rua, mas é o próprio poder. Não somos nós, os súditos, que rimos, é o poder que zomba da fome do pobre, da miséria do velho, do assalariado, do desempregado. O poder que veio da “casta” se aproxima do mais rancoroso da casta e brinca com a vida, o alimento, a educação, a cultura e a ciência, como se tudo isso não importasse. Seu rosto desfigurado, sua careta de desprezo inverte grotescamente o carnaval de outrora.
Os fogos de artifício são as notícias que bombardeiam nosso dia a dia, uma estratégia que mantém as pessoas perplexas e paralisadas. Mal se digere uma má notícia e surge outra que novamente não é boa.
Este ano, pulamos o carnaval até novo aviso: “Pedimos desculpas pelo transtorno”.
(Os textos publicados são de responsabilidade de seus autores)
Categoria: Política e Sociedade
Palavras-chave: risa, humor, poder, carnaval, Argentina
Imagem: foto “Me vou a beber todo el vino del VIP”, diz deputado Damián Arabia ao viajar à Veneza, Itália, para um dos carnavais mais caro do planeta https://www.
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Texto originalmente escrito em espanhol
Observatorio Psicoanalítico – OP 471/2024
Ensayos sobre acontecimientos sociopolíticos, culturales e institucionales en Brasil y en el Mundo
Argentina y el Carnaval del Poder
Alícia Killner – APA – Associação Psicanalítica da Argentina (APA)
Desde sus más remotos orígenes que le supongo un festejo de los ciclos de la agricultura que marcaron la existencia de culturas primitivas, hasta sus resignificaciones medievales y postrenacentistas, el carnaval, carne vale, ha evolucionado desde el bacanal hasta la tragedia, y desde allí a la puesta en escena de una fiesta de cierto modo universal. Bienvenido el fin del invierno, sobre todo si es “el invierno de nuestro descontento”.
Toda fiesta es un exceso permitido, definía Freud, pero el Carnaval en su vertiente medieval estuvo signado por la risa y por la burla. La risa, ese gesto tan eminentemente humano, que nos permite decir lo que se fuga de un sentido a otro.
El carnaval libera al esclavo para jugar a ser el amo por un día, pero de paso le sirve para reírse de su torpeza, de su ignorancia, y de su carácter intrínsecamente ridículo, así es el amo, el que no sabe, dice Hegel.
En Argentina, las influencias culturales (y políticas) hicieron de nuestros carnavales una historia antigua. La dictadura del 76 dictó su sentencia final directamente prohibiéndolo. Sin embargo desde hace unos años, tal vez 20, por poner un número, han surgido, en las provincias, algunas réplicas del carnaval de Río de Janeiro con desfiles y carrozas mucho más modestas y fasto sensiblemente menor.
Así como en Montevideo los carnavales, con sus murgas, candombes y tablados, toman ese sesgo tan marcado de crítica social y política como las letras de las canciones que son llevadas a escena, una mezcla de África y de Cádiz, que no veo en Argentina.
Las influencias africanas fueron invisibilizadas por aquí, eso dicen al menos, y el carnaval renace de sus cenizas con lentitud y sin el espíritu de nuestros vecinos del continente.
Este año un fenómeno nuevo nos convoca, el carnaval no está en la calle, sino que es el poder mismo. No somos los súbditos los que reímos, es el poder que se burla del hambre del pobre, de la miseria del viejo, del asalariado, del desocupado. El poder que vino por “la casta” se amiga con lo más rancio de la casta y juega con la vida, el alimento, la educación, la cultura y la ciencia, como si todo eso no importara nada. Su rostro desfigurado, su mueca de desprecio invierten de modo grotesco el carnaval de antaño. Los fuegos de artificio son las noticias que bombardean nuestro día a día, estrategia que mantiene a la gente perpleja y paralizada. No se termina de digerir una mala nueva que aparece la siguiente que otra vez no es buena.
Este año, salteamos el carnaval hasta nuevo aviso: “Disculpen las molestias”.
(Los textos publicados son responsabilidad de sus autores)
Categoría: Política y Sociedad
Palabras clave: risa, humor, poder, carnaval, Argentina
Imagem: foto “Me voy a beber todo el vino del VIP”, dice el diputado Damián Arabia en su viaje a Venecia (Italia) para asistir a uno de los carnavales más caros del planeta https://www.
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